miércoles, 17 de enero de 2018

Adolescencia cerebral





El proceso de maduración cerebral –neurodesarrollo– empieza en la concepción y continua hasta la edad adulta. Dura aproximadamente 20 años.

Es un proceso ordenado por el que las distintas áreas van alcanzando la madurez, siempre empieza por las áreas posteriores del cerebro y avanza hacia las anteriores. El desarrollo estructural y funcional del cerebro sigue un patrón universal que, en función de la edad cronológica, permite distinguir etapas: primero el desarrollo anatómico –prenatal–, luego de la autonomía motora –de 0 a 3 años–, seguido del desarrollo del lenguaje y del conocimiento del entorno –3 a 10 años– para culminar con el desarrollo de la identidad personal –adolescencia–.

Durante la adolescencia el crecimiento físico y la maduración corporal son más evidentes y rápidos que en la edad escolar. Los órganos sexuales internos y externos se desarrollan hasta alcanzar la capacidad reproductiva que les es propia.


La conducta, las emociones, las relaciones sociales, la forma de pensar, también van a sufrir un cambio espectacular.

En la adolescencia el cerebro sigue perfeccionando sus capacidades cognitivas, la memoria, el lenguaje, el aprendizaje complejo… aquellas habilidades que ya domina y sigue utilizando consolidarán los circuitos que las sustentan. Las dendritas y axones que los conforman formarán sinapsis (uniones de comunicación) más rápidas, más maduras, que para ello se rodearán de mielina, una vaina que acelera la comunicación. Las habilidades que no practique usarán menos los circuitos que las sustentan y se “desharán” las uniones sinápticas en una especie de poda de lo superfluo. (Esto explica donde fueron mis conocimientos de latín y mis clases de piano…)
5 tips fundamentales

Cuando tengan que hablar/pelear con su hijo adolescente, que probablemente esté en “estado modorro”, tienen que procurar estar tranquilos.
Segundo consejo es: firmeza. Firmeza significa que lo que los padres dicen que van a hacer, lo hacen. 
El tercer consejo, es que padres y madres no se deben contradecir.
El cuarto consejo: Cuida lo que sale por tu boca mientras educas. 

El quinto consejo, es que te centres en lo que tú como padre o madre vas a hacer para educarpara seguir educando y no en el comportamiento de tu adolescente.